Por Mario Gonzalez de la Marx Venezuela
La dictadura capitalista de Maduro atraviesa una crisis terminal, en una inestabilidad política muy frágil, con el rechazo popular en más de un 80% de nuestro pueblo y un apoyo popular cada vez más disminuido a nivel internacional, expresado por la burguesía de Texas y las dictaduras de Díaz Canel (Cuba), Putin (Rusia), Ortega (Nicaragua), en tanto los gobiernos capitalistas que durante décadas sostuvieron la dictadura como Petro (Colombia), Boric (Chile) y Lula (Brasil), apuran acuerdos de paz, para salvar la cabeza de Maduro y sus secuaces, impulsados por Corina Machado y el imperialismo, para llevar adelante un gobierno de transición pacifico y perdonar a la dictadura todos los delitos de lesa humanidad cometidos contra nuestro pueblo venezolano.
A este repudio generalizado del pueblo, se suma la ruptura del 70% de la base militar que ahora para Maduro “no son confiable”, sobre todo en los cuadros medios desde capitanes, tenientes y sargentos etc., que en este último periodo comenzaron a denunciar y desprenderse del Régimen.
El próximo 10 de Enero es la fecha que de acuerdo a las elecciones burguesas, asumiría la dictadura de Maduro al poder nuevamente, mientras que el candidato burgués Gonzalez Urrutia asumirá en España y volvería a Venezuela a tomar posición de la presidencia capitalista del gobierno, en el marco de la crisis politica, economica y social.
La “oposición” burguesa representada por Corina Machado se ha negado en llevar adelante una movilización para derrotar a la dictadura y engaña al pueblo reclamando los resultados de elecciones burguesas, centrada en fraude electoral, impulsa negociar la impunidad del régimen de Maduro, bajo una transición pacífica y así frenar el estallido social, expresando en varios medios burgueses “creemos en una transición pacífica y ordenada”, en la línea que impulsa el imperialismo de Biden que reconoció que “se pusieron sobre la mesa indultos para Maduro y varios de sus funcionarios”, según adelantó el diario The Wall Street Journal, señalando que en conversaciones secretas EEUU ofrece una amnistía a Maduro para ceder el poder en venezuela.
En la misma línea los amigos y socios del tirano, como los gobiernos capitalistas de Petro en Colombia, Boric en Chile, llamados “progresistas” que han sido sostenedores y negociadores con la dictadura Chavista – Madurista en estos últimos años, -que envalentonados dicen levantar la bandera de la libertad y los derechos para su pueblo y siguen manteniendo en sus territorios la detención de los presos políticos de la revolución de 2019, cuando el pueblo se levantó contra las medidas de ajuste de los gobiernos de “derecha”- apoyan la salida pacífica de la dictadura de Maduro y sus lacayos, al igual que el gobierno capitalista de Lula Da Silva en Brasil.
Estos gobiernos capitalistas, apoyan la amnistía de Maduro por delitos de lesa humanidad contra nuestro pueblo, así expresan al unísono: “El compromiso de paz es el que nos lleva a promover el diálogo y el entendimiento entre el Gobierno y la oposición”, como lo expresó Lula desde la Casa de la Moneda, sede del gobierno Chileno en conferencia compartida con Boric.
Otro rol lamentable es el que cumple la izquierda reformista en Venezuela y a nivel mundial. Al negarse a levantar la consigna “abajo la dictadura” sigue con su afán de conciliador de clase, haciendo planes para futuros eventos electorales, desviando la verdadera cuestión. En lugar de repudiar el Régimen de Maduro, la represión contra nuestro pueblo, exigir la libertad de los presos políticos, guardan silencio por los centenares de desaparecidos, muertos y exiliados en su afán de sostener al tirano, generando falsas expectativas al pueblo en una salida reformista.
Al igual que la burocracia sindical, en una nefasta intervención, hace su papel de apagar el fuego al no ir más allá de reivindicaciones laborales, intentando crear la ilusión de que una dictadura puede garantizar algún derecho a la clase trabajadora y al pueblo, pese a que se encuentran las condiciones objetivas de ir a un levantamiento de las masas, que aún no se a concretado por la ausencia de una verdadera dirección revolucionaria de clase, en manos de los trabajadores que represente al 99% de nuestro pueblo venezolano.
La revolución de los pueblos ha empezado, con la resistencia y el triunfo del pueblo en Palestina, Ucrania y la derrota de la dictadura de Bashar Al Assad en Siria, donde las dictaduras penden de un hilo, y en este curso se encuentra nuestra Venezuela.
Desde la Marx Venezuela proponemos unidad con todos los sectores del pueblo oprimido, mujeres, jóvenes y activistas e impulsar una verdadera insurrección para derrotar la dictadura de Maduro, rechazando terminantemente todos los acuerdos de paz y amnistía para salvar al régimen de Maduro y sus séquitos, exigiendo juicio y castigo por los delitos de lesa humanidad y castigo a todos sus cómplices sostenedores de esta repudiable dictadura contra nuestro pueblo.
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